lunes, 18 de febrero de 2008

Kawasaki y pre juicios

Este relato, nos recuerda que nuestras acciones, resultantes de nuestras emociones, pueden ser horribles, cuando surgen de pensar como única opción, siempre lo peor. Yo se que es más fácil, que hacer ese esfuerzo mental por considerar otras opciones, y recordar, que toda hoja, por fina que sea, tiene dos lados. Aquí va el relato:
El hombre iba lo más tranquilo en su auto sport cuando, de repente, una moto se le pone a la par y el motociclista, antes de acelerar,.le grita: "Conocés a la Kawasaki....". El hombre, herido en su orgullo, levanta velocidad y un kilómetro más adelante pasa a la moto. Pero instantes después, la escena se repite. "Conocés a la Kawasaki", vuelve a escuchar, mientras ve la figura de la moto que se pierde a toda velocidad delante suyo. Más caliente todavía vuelve a apurar su marcha, nuevamente pasa a la moto y la deja atrás. La situación se repite varias veces hasta que en una curva encuentra al de la moto estrellado contra un árbol, al costado de la ruta. Entonces se acerca y le dice: "esto te pasa por hacerte el vivo; tanto sobrarme con el 'conocés a la Kawasaki, conocés a la Kawasaki', mirá como terminaste". El motociclista, todo magullado, sólo respondió: "qué sobrar ni sobrar, te preguntaba si conocías a la Kawasaki para que me dijeras cómo se hace para frenarla".

lunes, 4 de febrero de 2008

Sinceridad

Hoy me levanté y me pregunté si existe la sinceridad. Cada uno tiene un roll, una actuación. La vida es en cierto sentido, el protagonismo de cada uno de acuerdo a lo que en cierto modo se espera de cada uno. Si de pronto fuéramos totalmene sinceros, para la gran mayoría, sino para todos, seríamos sencillamente desubicados. Pero más tarde o temprano, nos "sacamos al atuendo del personaje" y somos, lo que somos. Puede que sea un grupo muy selecto el que nos conozca totalmente "desnudos", sin maquillaje, sinceros, reales, auténticos. Pero ese selecto grupo, sabe que en verdad, el ser humano, y también el creyente, vive en una constante lucha. Lucha contra sus tendencias, contra sus debilidades, contra sus defectos, contra sus vicios, contra sus inclinaciones, contra sus deseos.
¿No será sin embargo hora, de que asumiendo que esta es la realidad interna de cada uno, dejemos de vivir entre los practicantes religiosos, como si fuéramos personas totalmente desencarnadas, como totalmente victoriosos, como totalmente poderosos, como totalmente trasformados?
¿No sería mejor una iglesia donde "yo sé, que vos sabes, que totos estamos en la lucha"?
Te dejo la inquietud con la que me levanté hoy. Me quedo perplejo al pensar que hay quienes pueden admirarme pensando que "yo pretenda haberlo ya alcanzado". Pero ciertamente, hoy, decidí otra vez, aferrarme de Su Mano, de Su Gracia, y por eso también puedo decir: Olvido lo que queda atrás y me extiendo hacia adelante.