Hay quienes plantean, como mucha lógica, que las grandes preguntas de la vida, empiezan con la pregunta sobre la muerte. Que vivir, hoy, implica sabernos mortales, y que porque somos mortales, porque vivimos solo un corto tiempo, tenemos que tomar ciertas decisiones de manera muy drástica, definitiva, única. Claro, si fueramos eternos, no habría que preocuparse demasiado por si estudio esto o aquello, si voy aquí, o voy allá. El tiempo no sería un límite para alcanzar, más tarde o temprano, todos nuestros sueños. Pero lo cierto, es que desde que el mundo es mundo, entro el pecado, y con el, la muerte. Un término, un límite temporal, un alcance de nuestra existencia.
Alquien dijo: "la vida es una fiesta a la que uno siempre llega tarde, y se retira antes que termine". ¿Cómo vivir felices, cuando todavía veremos morir a nuestros amados a nuestro lado, y cuando sabemos que nuestro pasar por la existencia es también solo un fragmento de una historia mucho más larga?
No tengo dudas que la posibilidad de que en esta corta, o larga, depende como se la vea, pero fugaz al fin, existencia, tomemeos LAS decisiones de vida, para vida eterna, es lo que le da un sentido distinto a nuestro caminar. En el trayecto, somos muchas veces alcanzados por las heridas que anticipan, que vamos hacia la muerte, heridas del cuerpo, pero más del espíritu. Heridas que nos van haciendo pensar, antes de llegar al final, cuando el destino eterno, ya estará marcado. Heridas que nos permiten hacer pausas en el tunel, reflexionar, soñar, anticipar, y lo más importante, elegir subcaminos, que nos lleven AL destino.
Hoy puede ser un gran dia, pera empezar!, porque "aunque este viejo hombre exterior se desgaste, el interio, no obstante, se renueva cada dia" (Pablo)
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