viernes, 4 de enero de 2008

Dejar algo a mitad de camino

“Se declara So`ó”

Otra actitud muy nuestra es la representada por esta célebre frase. Algunos todavía recuerdan los tiempos en los que luego de una larga jornada de trabajo, el capataz avisaba que por fin llegaba el tiempo del descanso, y entonces se servía ¡el rico asadito!. Con el tiempo, esta frase pasó a representar sencillamente, la suspensión de la tarea que se venía realizando, sea por agotamiento, o por aburrimiento. Pero declarar “So`o”es decir que ya no habrán reglas, que a partir de ahora las cosas serán “encarnizadas”. Por ejemplo, cuando se habla de jugar un partido so`o, o sea se declara libre juego. La idea es que las cosas se terminarán sin acuerdo de partes o sencillamente, por falta de concurrentes.

La raíz de la “solución so`o” es el “opareí”. Estrictamente, significa “terminar de balde”. El proyecto nace, crece, y como nadie le hace caso, se hace complejo, incorpora lágrimas y alegrías, produce llantos y carcajadas, y llega un clímax. Después comienza a declinar por sí mismo, “como un cometa que luego de deslumbrar al universo con el brillo de la larga cola llameante, se desvanece en el especio dejando a su paso la quieta oscuridad. No quedará rastro alguno de él en el espacio, ni siguiera el recuerdo”. Y lo lamentable de esta actitud, es que se piensa que “las soluciones vendrán a su tiempo, sin que haga falta porfiar en su búsqueda, sin que se sacrifique el reparado sueño de la siesta”. (Helio Vera, en “En Busca del hueso perdido”, página 198) En otras palabras, dejemos que las cosas sigan su curso natural, y todo saldrá bien. La experiencia aún científica confirma, que dejar las cosas al azar nunca traen mejoras, sino siempre problemas, mutaciones y deformaciones.

La Palabra de Dios, trayendo a nuestra vida, nuevos aires, nueva vida, y rompiendo aún los moldes culturales que nos dejen atados al conformismo (recuerden el “ya da ya”), nos propone en contrapartida lo siguiente: “No desechéis, pues, vuestra confianza, que tiene grande recompensa. Porque la perseverancia os es necesaria,

para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poco, muy poco más, y el que ha de venir vendrá, y no tardará". (Hebreos 10:35-37)

Y esta cita inspirada nos dice que “El camino puede ser áspero y espinoso; la pendiente puede ser abrupta y peligrosa; puede haber trampas a la derecha y a la izquierda; podemos tener que soportar penalidades en nuestro viaje; cuando estamos cansados, cuando anhelamos descanso, quizá tengamos que seguir adelante; cuando desmayamos, quizá tengamos que luchar; cuando estamos desanimados, quizá se nos pida que confiemos; pero con Cristo como nuestro Guía, no perderemos la senda que lleva a la vida inmortal, no dejaremos de alcanzar finalmente el cielo deseado” (A fin de conocerle, 255).

¡Cuántos proyectos quedaron truncados no por un estudio concienzudo, una evaluación acabada que llevara a esa decisión, sino sencillamente por la apatía, por el desgano, y por que nadie tuvo el valor de mantener la motivación encendida para no abandonar ante las primeras turbulencias! Tenemos todavía mucho por hacer, y mucho que si nosotros dejamos de hacer, nadie lo hará, y el tiempo de Su venida será innecesariamente dilatado.

Recordemos el consejo bíblico de “correr con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra si mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” (Hebreos 12:1-3) Entonces, ¡MANOS A LA OBRA!

No hay comentarios: