domingo, 9 de noviembre de 2008

El cincel en las manos del divino artista


Y ya que estoy con poesías, esta es otra que en su elocuencia nos lleva a comprender el misterio del dolor en un proceso de amor.


El Artista:

Cuando el cincel hirió por vez primera

el bloque de granito un hondo grito,

lanzó como si fuera carne viva

de aquella roca la partida entraña

Piedad Señor! ¿qué saña, qué furia cruel y loca

te anima contra mi? ¿Por qué me hieres?

En el regazo de mi madre roca yo me hallaba

feliz en mi existencia tranquila y olvidada...

¡feliz en la inconsciencia de mi nada

y nada en lo feliz de mi inconsciencia!

Más hoy, tu hierro en chispas encendido,

¿con qué furor insano arranca trozos de mi pecho herido!

¡aparta! ¡déjame! ¡detén tu mano!

¡un golpe! ¡y otro golpe!

¡otro más! ¡otro! ¡y otro! ¡y otro todavía!

El artista callaba y proseguía

Aunque tenía el propio corazón compungido

Por el dolor de aquella piedra que gemía.


Y así, bajo los golpes del cortante cincel,

batido por el mazo, fue abriendo aquel bloque

como si fuera carne palpitante...

A cada golpe, un fúlgido chispazo,

a cada golpe, un grito...

¡un grito y una forma que surgía del bloque de granito!

Martirizada gestación, tormento,

Hecho fecundo por la milagrosa mano

que ora con vigorosa incisión o con leve tocamiento,

iba sacando de la amorfa masa,

conforma a sus designios inspirados,

aquí, un suave contorno, allí un arista...


¡Dolor! ¡Cincel creador en manos del artista!

Y así del bloque aquel surgió una forma

En que alentó la vida

En el pecho de piedra

Pulsó, vivo, caliente, enternecido,

Al fin un corazón...

En los ojos de piedra una caliente lágrima brilló...

¡en los labios de piedra agradecida, reverente, humilde,

tembló por fin la voz!

-Perdóname, Divino Artista del amor y del dolor.

¡perdóname, Señor! ¡Yo no sabía!

El artista callaba y sonreía...

Gonzalo Báez Camargo

Quiénes son los muertos

Comparto una de las poesías que mas me impactó y que es motivo de constante reflexión.


Quienes son los muertos

Ricardo Palma – Peruano


No son muertos lo que en dulce calma

La paz disfrutan de la tumba fría

Muertos son los que tienen muerta el alma

Y viven todavía

No son los muertos, no…. Lo que reciben rayos de luz

En sus despojos yertos

Los que mueren con honra, son los vivos,

Los que viven sin honra, son los muertos

La vida no es la vida que vivimos

La vida es el honor, es el recuerdo

Por eso hay muertos que en el mundo viven

Y hombres que viven en el mundo muertos.

jueves, 4 de septiembre de 2008

¡Viva con Esperanza!

Estamos viviendo tiempos de mucha incertidumbre. Al mismo tiempo, tanta desesperación lleva a procurar obtener el mayor placer en el menor tiempo disponible. Y así, el "hombre light" está en su apogeo. Pero no estamos para condenar. Cada uno está buscando refugio en una especie de "sálvese quien puede" colectivo.
Es un tiempo para contagiar, comunicar, animar, ayudar, gritar... HAY UNA ESPERANZA!
Te invito a conocer este sitio fantástico, leer y compartir la revista "Viva con Esperanza".

http://www.esperanzaweb.com/
http://issuu.com/esperanca1/docs/viva_con_esperanza

jueves, 31 de julio de 2008

LO QUITARÁ

Hola amigos! Esta vez comparto con uds un corto pero significativo comentario que nos motiva a repensar en qué concepto del caracter de Dios tenemos en nuestra mente. ¿Lo vemos como un Dios listo para separarnos de sus designios, listo para condenar y castigar? ¿No seguimos muchas veces, humanizando tanto a Dios, al hacerlo a imagen y semejanza nuestra, pero en nuestras peores actitudes internas, como son la discriminación, la condenación y la marginación? Dios NO TE QUITARÁ!!! Nos ama tanto, nos ama incondicionalmente, nos ama así como somos, pero por ese mismo amor, ¡se rehusa a dejarnos, así como estamos!

"Uno de los pasajes que mas me ha impresionado en el capitulo 15 de Juan vs. 2 es que en las mayoría de las traducciones dice: “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto“.

La frase “lo quitara” llama la atención, dado que no esta dentro de el contexto del capitulo ni entra dentro de la analogía de lo que Cristo esta diciendo. Mirando el griego su significado tiene varias acepciones: levantar, quitar, cargar sobre sí mismo, y alejar. Pero en este caso, no se puede traducir “quitar” sino en su primera acepción; es decir, El Viñador lo levanta del suelo (donde no puede llevar fruto) , y cuida de el para que produzca fruto, y al que produce fruto lo poda para que lleve mas fruto, como dice en Jn 15:6.

Dios no quiere cortar a nadie, mientras estamos con vida, la idea es darnos oportunidad para que podamos tener frutos, y El nos ayudara levantándonos siempre del suelo de donde hemos caído, nos acomoda y nos arregla en la vid como haría cualquier viñador en estos días.

El vs. 2 podríamos parafrasearlo así: "Si una de mis ramas no da uvas, mi Padre la levanta; pero limpia las ramas que dan fruto para que den más fruto" (http://www.hectorleites.com)

viernes, 2 de mayo de 2008

Vivir y morir, Existir y decidir

Hay quienes plantean, como mucha lógica, que las grandes preguntas de la vida, empiezan con la pregunta sobre la muerte. Que vivir, hoy, implica sabernos mortales, y que porque somos mortales, porque vivimos solo un corto tiempo, tenemos que tomar ciertas decisiones de manera muy drástica, definitiva, única. Claro, si fueramos eternos, no habría que preocuparse demasiado por si estudio esto o aquello, si voy aquí, o voy allá. El tiempo no sería un límite para alcanzar, más tarde o temprano, todos nuestros sueños. Pero lo cierto, es que desde que el mundo es mundo, entro el pecado, y con el, la muerte. Un término, un límite temporal, un alcance de nuestra existencia.

Alquien dijo: "la vida es una fiesta a la que uno siempre llega tarde, y se retira antes que termine". ¿Cómo vivir felices, cuando todavía veremos morir a nuestros amados a nuestro lado, y cuando sabemos que nuestro pasar por la existencia es también solo un fragmento de una historia mucho más larga?

No tengo dudas que la posibilidad de que en esta corta, o larga, depende como se la vea, pero fugaz al fin, existencia, tomemeos LAS decisiones de vida, para vida eterna, es lo que le da un sentido distinto a nuestro caminar. En el trayecto, somos muchas veces alcanzados por las heridas que anticipan, que vamos hacia la muerte, heridas del cuerpo, pero más del espíritu. Heridas que nos van haciendo pensar, antes de llegar al final, cuando el destino eterno, ya estará marcado. Heridas que nos permiten hacer pausas en el tunel, reflexionar, soñar, anticipar, y lo más importante, elegir subcaminos, que nos lleven AL destino.

Hoy puede ser un gran dia, pera empezar!, porque "aunque este viejo hombre exterior se desgaste, el interio, no obstante, se renueva cada dia" (Pablo)

martes, 8 de abril de 2008

La muerte de un amigo me sorprende!

El fin de semana que pasó viajé de urgencia a Asunción, para acompañar en los momentos de más dolor, a la querida familia de Hugo. Rosalía, Hermenegildo, Gladys, Andreita, Lizza, Rubén, Tami y Eri. Me sumé así al apoyo que recibían de decenas de amigos y más que amigos, hermanos.
La muerte de un amigo, me sorprende. Hugo Martínez Jablonsky. Lo conocí cuando ingresé al Colegio Adventista de Asunción (C.A.D.A.), y después de todo un año de amistad, aún cuando no me hallaba a gusto en el C.A.D.A. fue la familia de Hugo, y Hugo, quiénes me ayudaron a seguir adelante. De hecho, el fue quien por vez primera me invitó a la iglesia Adventista, de la que hoy soy pastor. Tuve la alegría de oficiar en el casamiento de Hugo y Gladys. Pude estar con Hugo en la semana santa pasada. Pude estar hasta el último minuto, colocando su féretro en el lugar donde su cuerpo reposará, en la bendita esperanza.
La muerte de un amigo, me sorprende. Se supone que no sea así, si la muerte es parte de la vida, al menos de esta vida, desde que el pecado muy temprano, entró a este mundo. Pero todavía me sacude y me sorprende, al menos cuando tiene rostro, tiene nombre y personalidad.

“La vida no es la vida que vivimos, la vida es el honor, es el recuerdo; por eso hay muertos que en el mundo viven, y hombres que viven en el mundo muertos” (Palma)

Hugo, “Kuki”, estuvo en la cama de mi hijito Adriel unos días atrás. Nunca olvidaré nuestras últimas charlas, como poniéndonos al día, más crecidos mas maduros mas conscientes. Veladas confesiones mutuas, que intentaban decirle al otro: “y… como te fue en la vida”

“si hubiera hecho tal o cual cosa, me decía, quizás hoy…” No pienses así, le respondía, cayendo en mi realismo más abrupto, de que no fantasee con lo que hubiera o hubiera sido. Porque no “conduce a nada”. Pero en verdad, era una manera de decirme: “hay cosas de las que me arrepiento, y quisiera hacerlo mejor de aquí en adelante”. Y eso, es bueno.

Maravilloso amor de Dios, y de su Gracia, que a todos nos concede un oasis, antes del desierto, y a veces, el oasis es más para la paz de los que nos llorarán por amor, y porque a pesar de todo lo malo que somos, imperfectos, hay una chispa de bondad cuando el es nuestro Señor.

Vivimos solo un rato, en este tiempo, en este “round”. Pero en verdad, los mejores capítulos de nuestra vida, están por delante, a la luz de una eternidad solo imaginable.

La muerte de Kuki nos recuerda lo valioso de los momentos, momentos de gloria, de gracia, de amor, que solo, cuando la muerte llega, son vistos en su esplendor total.

Para Hugo también habrá un tercer día de resurrección. Esa es nuestra esperanza. Po r eso, su muerte no debería sorprendernos tanto. Si, que tantos vivan, como su fueran eternos.

Los regalos de amor que nos dio con su vida Hugo, son los motivos que nos hacen saber, que así como su vida no fue en vano, tampoco lo será su muerte, al menos en nuestros corazones.

lunes, 18 de febrero de 2008

Kawasaki y pre juicios

Este relato, nos recuerda que nuestras acciones, resultantes de nuestras emociones, pueden ser horribles, cuando surgen de pensar como única opción, siempre lo peor. Yo se que es más fácil, que hacer ese esfuerzo mental por considerar otras opciones, y recordar, que toda hoja, por fina que sea, tiene dos lados. Aquí va el relato:
El hombre iba lo más tranquilo en su auto sport cuando, de repente, una moto se le pone a la par y el motociclista, antes de acelerar,.le grita: "Conocés a la Kawasaki....". El hombre, herido en su orgullo, levanta velocidad y un kilómetro más adelante pasa a la moto. Pero instantes después, la escena se repite. "Conocés a la Kawasaki", vuelve a escuchar, mientras ve la figura de la moto que se pierde a toda velocidad delante suyo. Más caliente todavía vuelve a apurar su marcha, nuevamente pasa a la moto y la deja atrás. La situación se repite varias veces hasta que en una curva encuentra al de la moto estrellado contra un árbol, al costado de la ruta. Entonces se acerca y le dice: "esto te pasa por hacerte el vivo; tanto sobrarme con el 'conocés a la Kawasaki, conocés a la Kawasaki', mirá como terminaste". El motociclista, todo magullado, sólo respondió: "qué sobrar ni sobrar, te preguntaba si conocías a la Kawasaki para que me dijeras cómo se hace para frenarla".

lunes, 4 de febrero de 2008

Sinceridad

Hoy me levanté y me pregunté si existe la sinceridad. Cada uno tiene un roll, una actuación. La vida es en cierto sentido, el protagonismo de cada uno de acuerdo a lo que en cierto modo se espera de cada uno. Si de pronto fuéramos totalmene sinceros, para la gran mayoría, sino para todos, seríamos sencillamente desubicados. Pero más tarde o temprano, nos "sacamos al atuendo del personaje" y somos, lo que somos. Puede que sea un grupo muy selecto el que nos conozca totalmente "desnudos", sin maquillaje, sinceros, reales, auténticos. Pero ese selecto grupo, sabe que en verdad, el ser humano, y también el creyente, vive en una constante lucha. Lucha contra sus tendencias, contra sus debilidades, contra sus defectos, contra sus vicios, contra sus inclinaciones, contra sus deseos.
¿No será sin embargo hora, de que asumiendo que esta es la realidad interna de cada uno, dejemos de vivir entre los practicantes religiosos, como si fuéramos personas totalmente desencarnadas, como totalmente victoriosos, como totalmente poderosos, como totalmente trasformados?
¿No sería mejor una iglesia donde "yo sé, que vos sabes, que totos estamos en la lucha"?
Te dejo la inquietud con la que me levanté hoy. Me quedo perplejo al pensar que hay quienes pueden admirarme pensando que "yo pretenda haberlo ya alcanzado". Pero ciertamente, hoy, decidí otra vez, aferrarme de Su Mano, de Su Gracia, y por eso también puedo decir: Olvido lo que queda atrás y me extiendo hacia adelante.

viernes, 11 de enero de 2008

Siempre se ha hecho así

¿Sabías que la pauta para la anchura de las vías de trenes en los Estados Unidos es de 4 pies con 8.5 pulgadas? Son exactamente 1.4351 metros de anchura. ¿No te parece una medida extraña? ¿Por qué fueron elegidas estas medidas tan raras? La razón es que así se construían en Inglaterra donde inicialmente se usaron las mismas medidas de los tranvías, que existían antes que los trenes. Estos seguían las medidas de los carros de guerra romanos que fueron hechos de la anchura indispensable para acomodar el trasero de los dos caballos de guerra que tiraban de ellos.
De manera que las vías de los trenes estadounidenses tienen esa anchura debido a que hace siglos, era la medida necesaria para que cupieran los traseros de dos caballos. A eso los expertos de hoy en día, le llaman "la tiranía del siempre se ha hecho así”. Y recomiendan revisarla.
Quizá no sea tan malo que estos ferrocarriles corran por rieles con esas medidas. Lo que si debemos revisar son ciertas costumbres que no nos ayudan a llevar una vida grata.
Por ejemplo, cuántos padres se quejan de que a sus hijos no les gusta estudiar. "Lo regaño, pero él no entiende”. Y si le preguntamos cuánto tiempo llevaba aplicando esas "correcciones”, suspiran y aseguran que es una larga lucha, de años. Se sorprenden cuando se les sugiere que cambien de táctica.
Aun cuando era obvio que no daba resultado ¿por qué entonces se empeñan en aplicar formas de corregir tan poco productivas?
La respuesta está en la tiranía del "siempre lo he hecho así”. Cuando hablamos de "nuestras costumbres" solemos referirnos a conductas que repetimos por hábito, cayendo en "la tiranía del siempre se ha hecho así..."
Tenemos 2 opciones: Quejarnos, protestar, echar la culpa a los demás de lo que no funciona, o renovarnos, cambiar el enfoque, innovar y ver la nueva vida que Dios nos ha regalado!
En 2 Corintios 5:17 leemos al apóstol Pablo que dice que “si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!" Este es nuestro privilegio y nuestra gran oportunidad. Permite a Dios renovar tus actitudes y tu mentalidad. OK?

Como si fuera nuestra propia casa

¿Qué podes hacer vos?
Constantemente escuchamos críticas a las autoridades, de lo que sea. Vivimos un tiempo de mucha crítica. Y nos hemos habituado a escuchar y participar de las críticas. Desde los presidentes de turno, legisladores, jefes, dirigentes, patrones, empleados, obreros, a todos. Cada uno es un "especialista" como "comentador". Pero... ¿y si tuviéramos que hacerlo nosotros? ¿Si estuvieramos en la "cancha"? ¿Seríamos o actuaríamos de manera diferente? ¿Actuaríamos de otra manera? Además, ¿no es acaso cierto que si cada uno cuidara, mejorara, embelleciera su propia "vereda", toda la "ciudad" sería más bonita, si cada uno buscara su aporte significativo? Apuntemos a reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer, desde su espacio, su lugar, su formación, su influencia, y así, ser un país, una ciudad, una iglesia, una familia, etc, mejor.
Un constructor listo para jubilarse le dijo a su jefe sus planes de dejar la construcción y vivir una vida mas descansada. Extrañaría el pago pero necesitaba retirarse. El jefe se sintió mal de perderlo y le pidió si podría construir una ultima casa como un favor personal. El le dijo que si pero al tiempo se notaba que no lo hacía de corazón. Era mediocre y uso materiales inferiores. Una manera triste de terminar una carrera de dedicación. Cuando acabo el trabajo, el jefe vino a inspeccionar la casa y le entrego la llave diciéndole:"Esta es tu casa, mi regalo para ti". El constructor quedó atónito! ¡Que pena! Si el hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa lo hubiera hecho muy diferente. Y vos? Construimos nuestras vidas un día a la vez a menudo poniendo menos de lo mejor. Después con asombro nos damos cuenta que tenemos que vivir en la casa que construimos. Si pudieras empezar de nuevo ¿lo harías diferente? Tu actitud y lo que escoges hacer hoy construye la casa del mañana de tu propia vida.

viernes, 4 de enero de 2008

"Ya lo haré"

“Aga ajapóta aína”

Nuevamente iniciamos esta columna con una reflexión a partir de una descripción de algunos rasgos de nuestra idiosincrasia. Una vez leí, que no existen temperamentos buenos o malos, y que tampoco existen defectos como algo en si mismo, sino que estos, son nuestras virtudes, sin moderación, llevadas al extremo, desubicadas. Así, una persona detallista (virtud) puede volverse meticulosa perfeccionista insoportable (defecto), o una persona reflexiva, soñadora (virtud) puede llegar a ser ensimismada, súper pasiva, estancada (defecto), o, para cerrar con los ejemplos, una persona firme, intrépida, decidida (virtudes), puede convertirse, sin Cristo, y sin la obra del Espíritu Santo, en una persona atropellada e insolente.

Vemos entonces que los rasgos individuales (combinación de temperamentos) que nos hacen seres únicos y especiales, como los rasgos culturales, aquellos que nos hacen parecernos más en determinada región por lo que también se llama “herencia cultural”, no debieran ser en si mismos, malos o buenos, sino solamente eso, rasgos. Estos, por la gracia de Dios, deben ser optimizados, refinados y corregidos también.

El monseñor Saro Vera, agudo observador de nuestro pueblo paraguayo, opina que “nuestra gente sueña despierta y es perfeccionista empedernida. Hace las cosas provisoriamente y luego le sale lo provisorio para siempre. Hace poco porque su intención es hacer algo grande y digno. Y como puede hacer así porque sueña, se paraliza. Cuando se le insta demasiado, responde “Agante ajapóta aína” (ya lo haré en algún momento). Es que me falta esto y aquello.

Será entonces calculador en muchos aspectos de la vida y de las relaciones, pero nunca el tiempo ocupará sus cálculos. Nada piensa a largo plazo. Le resulta incomprensible un proyecto de largo plazo. A veces, ni siquiera considera el mismísimo mañana. Es muy capaz, de despilfarrar todo en un día lo que le hubiera servido por largo tiempo. Es inmediatista. Se despide diciendo “te veo mañana, si amanece”.

La vida entonces, se vuelve sin nada preestablecido, fluye según las circunstancias que se presentan, y considera que nada se puede hacer en espera de lo imprevisto, sino solo, seguir viviendo. Se vive al día. ¿Qué es el mañana? El mañana no existe, no constituye una realidad. Entonces, ¿para qué ocuparse de él? (Vera Saro. “Algunas antinomias del paraguayo”, El Diario Noticias, Asunción 28 de mayo de 1987).

No parece tan malo, hasta se puede considerar que se acerca más al consejo bíblico de que vivamos considerando que “basta a cada día su propio afán” (Mt.6:34) Sin embargo, la Palabra de Dios, también nos insta a considerar el mañana, el futuro, lo que viene, y a ser personas que aprendamos a calcular para emprender. "¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene lo que necesita para terminarla? No sea que después que haya puesto el fundamento, no pueda acabarla, y los que lo vean se burlen de él, diciendo: 'Este hombre empezó a edificar, y no pudo terminar” (Lc.14.28-30)

Vivamos el presente, soñemos con el mañana, y hagamos de nuestra “certeza de lo que se espera “(Heb. 11:1) una motivación para ser constructores de la iglesia, edificando vidas para la eternidad, dejando legados a nuestros hijos, y haciendo todo lo que podamos para administrar sabiamente los recursos que Dios pone a nuestro alcance.

No digamos “ya lo haré” cuando en verdad no pienso hacer nada, sino sentarme a esperar que circunstancias del futuro traigan tiempos y oportunidades mejores. Tampoco creamos que “alguien lo hará” eludiendo así nuestra responsabilidad personal, y nuestro privilegio de ser usados por Dios, para el crecimiento de su iglesia.

El desafío es claro. El momento es “ahora”. Ahora, es el tiempo. ¡Levántate, resplandece, que ha venido tu luz, y la gloria de Dios ha nacido sobre ti! (Isaías 60:1)

Hacer las cosas "a medias"

La Ley del “vaí vaí”

Siguiendo con esta serie de reflexiones a partir de aspectos de nuestra idiosincrasia, ahora trataremos sobre una ley muy nacional en mi país, y no por eso exclusiva, pero que afecta nuestra manera de vivir y hacer como Hijos de Dios.

Muchas actividades son realizadas “a lo Luque”, o “a lo Chaco”, o simplemente “a lo Paraguay”. Con estas expresiones se califica a toda acción humana realizada sin orden, método, rigor, plan, objetivos, cronogramas, razonamiento ni evaluación posterior. O sea, algo realizado en forma “guarará”, expresión onomatopéyica que simplemente es eso: “guarará”. Los gallegos suelen decir “salga lo que salga”. En el castellano paraguayo se prefiere decir “mal que mal”.

Detrás de esta expresión, se puede ver que muchas veces, el común de la gente prefiere hacer las cosas sin inquietarse mucho por el resultado. No le hará perder el sueño ni un segundo la perspectiva de que su obra sea recibida con un bombardeo de protestas, insultos, y descalificaciones. Así, el mecánico devolverá el auto con varios cables sueltos y con varios tornillos y tuercas menos. Si se le pregunta por el material sobrante, contestará sin dudar: “ko`a gringoko omoreipa ko`a mbaè” (estos gringos ponen todas estas cosas sin motivo alguno). El electricista entregará la instalación de una vivienda sin realizar la verificación final que asegure que su próximo ocupante no muera electrocutado. Este descubrirá probablemente que para encender la luz del comedor, deberá oprimir el botón de la radio, y para poner en movimiento el ventilador, tendrá que estirar la cadena del inodoro. El albañil dejará una obra con muros inclinados que haría la envida de los habitantes de Pisa, en Italia.

Lamentablemente, este rasgo cultural, tiene extendida vigencia, y se afecta a todos los niveles socio económicos. Pero subsiste la pregunta: ¿Puede Dios transformar aún aquellos rasgos culturales, cuando estos sean defectuosos y afecten la manera de ser y vivir de los cristianos? ¿Nos conformaremos con decir, así somos los paraguayos?

La propuesta de la Palabra de Dios, es que “todo se haga decentemente y en orden” (1 Cor.14:40). Además el sabio Salomón nos dijo inspirado por Dios que “el hombre entendido y sabio mantiene el orden” (Prov.28:2)

Nuestra profeta moderna agrega:

No se glorifica a Dios cuando aquellos a quienes ha llamado de las tinieblas a su luz admirable son desaliñados, sucios y descuidados. Tenemos que copiar el Modelo divino en lo que a orden y limpieza se refiere, y si el cielo es deseable y atractivo quiero que el lugar donde moro sea atractivo en su sencillez y su orden. Estamos causando impresión sobre los que nos observan. El Señor es amante de lo bello (...) que todos los que nos observan puedan ver que nosotros, por causa de nuestra fe, no descendemos al nivel de lo vulgar, ni somos desprolijos ni desaliñados. . . Todos los que los observan deben ver que porque creen que el Señor viene pronto, se están preparando para un cielo puro y santo, y lo están haciendo aquí mismo, mediante la pureza, la limpieza y la santidad. Si así lo hacen se sentirán en casa cuando se los invite a las mansiones celestiales. . . (Manuscrito 28, del 18 de noviembre de 1889, "Un sueño significativo").

Al pensar en las múltiples tareas que el Señor nos asigna en Su Viña consideremos las maneras en las que Dios puede perfeccionar en nosotros el hacer las cosas de una manera más ordenada, completa, linda. O sea, que seamos hallados “Fieles en toda prueba”

Dejar algo a mitad de camino

“Se declara So`ó”

Otra actitud muy nuestra es la representada por esta célebre frase. Algunos todavía recuerdan los tiempos en los que luego de una larga jornada de trabajo, el capataz avisaba que por fin llegaba el tiempo del descanso, y entonces se servía ¡el rico asadito!. Con el tiempo, esta frase pasó a representar sencillamente, la suspensión de la tarea que se venía realizando, sea por agotamiento, o por aburrimiento. Pero declarar “So`o”es decir que ya no habrán reglas, que a partir de ahora las cosas serán “encarnizadas”. Por ejemplo, cuando se habla de jugar un partido so`o, o sea se declara libre juego. La idea es que las cosas se terminarán sin acuerdo de partes o sencillamente, por falta de concurrentes.

La raíz de la “solución so`o” es el “opareí”. Estrictamente, significa “terminar de balde”. El proyecto nace, crece, y como nadie le hace caso, se hace complejo, incorpora lágrimas y alegrías, produce llantos y carcajadas, y llega un clímax. Después comienza a declinar por sí mismo, “como un cometa que luego de deslumbrar al universo con el brillo de la larga cola llameante, se desvanece en el especio dejando a su paso la quieta oscuridad. No quedará rastro alguno de él en el espacio, ni siguiera el recuerdo”. Y lo lamentable de esta actitud, es que se piensa que “las soluciones vendrán a su tiempo, sin que haga falta porfiar en su búsqueda, sin que se sacrifique el reparado sueño de la siesta”. (Helio Vera, en “En Busca del hueso perdido”, página 198) En otras palabras, dejemos que las cosas sigan su curso natural, y todo saldrá bien. La experiencia aún científica confirma, que dejar las cosas al azar nunca traen mejoras, sino siempre problemas, mutaciones y deformaciones.

La Palabra de Dios, trayendo a nuestra vida, nuevos aires, nueva vida, y rompiendo aún los moldes culturales que nos dejen atados al conformismo (recuerden el “ya da ya”), nos propone en contrapartida lo siguiente: “No desechéis, pues, vuestra confianza, que tiene grande recompensa. Porque la perseverancia os es necesaria,

para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poco, muy poco más, y el que ha de venir vendrá, y no tardará". (Hebreos 10:35-37)

Y esta cita inspirada nos dice que “El camino puede ser áspero y espinoso; la pendiente puede ser abrupta y peligrosa; puede haber trampas a la derecha y a la izquierda; podemos tener que soportar penalidades en nuestro viaje; cuando estamos cansados, cuando anhelamos descanso, quizá tengamos que seguir adelante; cuando desmayamos, quizá tengamos que luchar; cuando estamos desanimados, quizá se nos pida que confiemos; pero con Cristo como nuestro Guía, no perderemos la senda que lleva a la vida inmortal, no dejaremos de alcanzar finalmente el cielo deseado” (A fin de conocerle, 255).

¡Cuántos proyectos quedaron truncados no por un estudio concienzudo, una evaluación acabada que llevara a esa decisión, sino sencillamente por la apatía, por el desgano, y por que nadie tuvo el valor de mantener la motivación encendida para no abandonar ante las primeras turbulencias! Tenemos todavía mucho por hacer, y mucho que si nosotros dejamos de hacer, nadie lo hará, y el tiempo de Su venida será innecesariamente dilatado.

Recordemos el consejo bíblico de “correr con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra si mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” (Hebreos 12:1-3) Entonces, ¡MANOS A LA OBRA!

Ya da!

“Ya da ya!”

Esta típica frase paraguaya, nos habla de conformismo, que no es lo mismo que conformidad. Y describe una característica propia de nuestra idiosincrasia, representada por el “ñembotavy”, donde la persona “se ha puesto a no comprender, o porque no le conviene o porque no le interesa, o por capricho, o por lo que sea” (Monseñor Saro Vera en Algunas antinomias del paraguayo, en El diario noticias, 28 de mayo de 1987). Es lo que Helio Vera en su libro, En busca del hueso perdido, describe como lo que “permite eludir responsabilidades y previsibles consecuencias y castigos derivados de una afirmación”.

“Ya da ya” puede ser muy común en el sentir de mucha gente que prefiere no arriesgar, prefiere no equivocarse, prefiere no sufrir, y no quiere pagar el precio. Cómo bien dijo un sabio, “El que nunca emprende nada, jamás se equivoca, pero nunca logra nada”.

¿Es legítimo mantener este espíritu o actitud, como Hijos e Hijas de Dios? La Palabra nos invita a experimentar una nueva manera de pensar y sentir. “Haya pues en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús” (Fil.2: 5) Elevadísima meta y gran desafío. En esta misma epístola se nos propondrá no considerar la meta como ya alcanzada, sino seguir hacia delante y olvidar lo que queda atrás, extenderse más y más (vea Fil. 3:12-14)

Una cosa es la conformidad, que es más bien contentamiento, con lo que hemos recibido, con cómo somos y con los dones que tenemos. Otra cosa, es decir “yo soy así, y “qué se le va a hacer”, así voy a morir. En otra palabras aplicar el “ya da ya” a nuestra propia vida y experiencia. ¿Ya da ya con mi vida, con mis logros, con mi carácter, con mi servicio, con mi testimonio? No. Volvamos a considerar que tenemos una meta por delante, y que lo mejor, todavía está por venir.

El nuevo año nos permite renovarnos en el deseo de hacer lo mejor y aún, un paso más cada día para que lo que está bajo nuestra responsabilidad, llegue a ser aquello que Dios espera, y no la medida de nuestras limitadas expectativas. Que nosotros mismos, no seamos "el límite de Dios".

Digamos “Gracias Dios por lo que hasta aquí nos diste. Pero confiamos en lo que aún nos has de dar”. Cumplamos fielmente la parte que nos toca, recordando las palabras proféticas que un día escucharemos de los propios labios del Salvador cuando nos diga: “Bien buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré”, “porque al que tiene, le será dado, y tendrá más, y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado” (Mt. 25:21 y 29)

No tenemos tiempo

Esta es una de las frases más escuchadas hoy en día El tiempo cada vez parece más corto. Como alguien sabio escribió: “¿Qué es lo más contradictorio entre los hombres?

-Que se aburren de ser niños por la prisa de crecer y luego suspiran por regresar a ser niños.

- Que primero pierden la salud para tener dinero y enseguida pierden el dinero para recuperarla.

- Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuidan su hora actual, con lo que ni viven el presente ni el futuro.

- Que viven como si no fueran a morirse y se mueren como si no hubieran vivido".

Los acontecimientos proféticos nos recuerdan que estamos con “poco tiempo profético”. Las palabras de San Pablo en Romanos 13:11-13 son más valiosas hoy que antaño: “La noche está avanzada y se acerca el día”. “Conociendo el tiempo, es hora ya de levantarnos (...) porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos”

Un año nuevo, que en verdad no es otra cosa, que la continuidad del tiempo, que todavía trascurre en nuestras vidas, dándonos una nueva oportunidad, de hacer algo bueno, postergado, necesario, durante el que nos quede.

"Si tus proyectos alcanzan un año, siembra trigo

Si llegan a diez años, planta un árbol

Si llegan a cien años, instruye a un pueblo

Sembrando grano una vez cosecharás una vez;

plantando un árbol, cosecharás diez veces;

Instruyendo al pueblo, cien veces" (Proverbio chino)